-CERRO LA CRUZ-

LA VIEJA FORD PETROLERA SALE DE LA RUTA 68 Y ENFRENTA EL CAMINO LA PÓLVORA. LA MUÑECA METE SEGUNDA – PALANCA AL PISO- Y EL MOTOR TOSE RONCO MIENTRAS AVANZAMOS RUMBO A LA COSTA, PARA CAERLE POR ARRIBA AL PUERTO DE VALPARAISO. HILERAS DE EUCALIPTOS PASAN DESFILANDO POR LAS VENTANAS DE LA CAMIONETA COLOR MOSTAZA, CARGADA DE FARDOS Y HERRAMIENTAS. ES TEMPRANO POR LA MAÑANA Y LA MÁSCARA DEL VEHICULO SE TRAGA RÁPIDAMENTE LOS KILÓMETROS DE ASFALTO CALIENTE QUE NOS SEPARAN DE LA BAHÍA.

ES EL FIN DEL VERANO Y MAS ALLÁ, LAGUNA VERDE ARDE EN LLAMAS. DESDE AQUÍ SE PUEDE VER LA NEGRA HUMAREDA QUE SE LEVANTA EN EL CIELO Y POR LA RADIO SUENA EL INFORMATIVO LOCAL QUE CONFIRMA LA NOTICIA. LA FORD TUERCE EL CUERPO Y ENTRAMOS POR UN ACCESO LATERAL QUE NOS CONDUCE DIRECTO AL FUNDO EL VERGEL, EN LOS ALTOS DE LAS QUEBRADAS PORTEÑAS, DONDE LA VEGETACIÓN CHATA Y LA ARBOLEDA GRIS SE FUNDEN CON LAS MONTAÑAS DE BASURA QUE LA GENTE BOTA A LA ORILLA DEL CAMINO.
PLÁSTICOS, BOTELLAS ROTAS, JUGUETES DESTEÑIDOS POR EL SOL Y MUEBLES COJOS SE ARRUMAN EN LAS CUNETAS DE TIERRA LLENÁNDOSE DE POLVO.

AVANZAMOS ENTRE LA BASURA Y LOS ESCOMBROS DE ESTE VERTEDERO LLAMADO IRÓNICAMENTE “EL VERGEL”. LA POLVAREDA ROJIZA QUE LEVANTA LA CAMIONETA CUBRE TODO EL CAMINO Y ES EL RESULTADO DE LA TIERRA ÁCIDA QUE CUBRE LA CRESTA DE LAS QUEBRADAS DONDE EL PINO Y EL EUCALIPTO SON EL REY. VEMOS A UN INDIGENTE BUSCANDO ALGO ÚTIL ENTRE LOS ESCOMBROS, A UN GRUPO DE CABALLOS QUE NOS ABRE PASO EN LOS ALREDEDORES DE UNA MEDIALUNA CERCANA Y ASÍ, SIN MAYORES HONORES, ENTRAMOS A LAS PRIMERAS CONSTRUCCIONES LEVANTADAS SOBRE EL CERRO LA CRUZ.

ES TEMPRANO AÚN Y EL DIGNO CALLAMPERÍO EMPLAZADO EN LA CRESTA DEL CERRO NO PARECE INMUTARSE POR EL AVANCE RONCO DE LA FORD MOSTAZA QUE CRUZA CAUTELOZA LAS TIERRAS TOMADAS QUE FORMAN LA POBLACIÓN EL VERGEL. DESDE UNA ESQUINA, SE ACERCA UN REDUCIDOR QUE NOS OFRECE A PRECIO DE HUEVO LOS FIERROS DE UNA CONSTRUCCIÓN ABANDONADA QUE HAN IDO DESMANTELANDO DE A POCO. SE TRATA DE UNOS BLOCKS O VIVIENDAS BÁSICAS QUE FUERON DEJADOS A MEDIO CAMINO POR LOS ENCARGADOS DE LA OBRA, CONTRATADOS POR LA MUNICIPALIDAD LOCAL. EN VEZ DE TERMINAR LA PEGA, SE ROBARON LA PLATA, DEJANDO LA OBRA INCONCLUSA Y SIN POSIBILIDAD DE CASA, A UN BUEN GRUPO DE FAMILIAS DEL LUGAR.

HACE MUCHO CALOR. PASAMOS A DEJAR UNOS SACOS DE ASERRÍN A UNOS IMPROVISADOS CORRALES UBICADOS AL FONDO DE LA QUEBRADA. ALLÍ LAS CASAS LEVANTADAS A PULSO SE ALTERNAN CON LAS FECAS DE CABALLOS , BURROS Y OTROS ANIMALES CRIADOS EN LAS LADERAS DEL CERRO.
UNA MANERA DE RESISTIR EN EL LUGAR, MIENTRAS POCO A POCO LA TOMA SE HACE MAS GRANDE Y SE LEVANTA CASA A CASA, ENTRE LAS LOMAS CALIENTES DEL CERRO LA CRUZ.

EL SOL YA EN EL CENIT, VE BAJAR LA CAMIONETA ZIGZAGEANDO POR LOS ALTOS Y PASAR DE LA TIERRA AL ASFALTO.

VALPARAISO ENSEÑA DESDE ALLÍ SU ENORME BAHÍA, SU OTRA CARA, TRANSITADA POR ENORMES BARCOS Y TRANSATLANTICOS EUROPEOS.
LA IRONÍA DEL CONTRASTE –PIENSO – MIENTRAS LE CAEMOS AL PUERTO DESDE AVENIDA FRANCIA, PASANDO POR UN GRUPO DE ANTIGUAS FÁBRICAS TIZNADAS DE HOLLÍN. ESTAS FACHADAS, GRISES Y ABANDONADAS, EMPLAZADAS A LOS PIES DEL PLAN SON TESTIGOS MUDOS DE UN GRAN PASADO INDUSTRIAL. POR SUS DIMENSIONES, HOY SERÍAN EL LUGAR PERFECTO PARA INSTALAR MI NUEVO TALLER DE PINTURA. PINTAR ALLÍ FORMATOS MURALES, ENORMES TELAS, GIGANTES. EL SUEÑO DE TODA MI VIDA.

EN EL CRUCE DE AVENIDA FRANCIA CON PEDRO MONTT, LA LUZ ROJA DEL SEMÁFORO DETIENE A LA GRAN FORD RONCA.

Y ALLÍ, MIENTRAS UNA ANCIANA ATRAVIEZA LA CALLE DE LADO A LADO, NOS MEZCLAMOS CON LA URBE, EN EL FRENÉTICO CALOR DE LA PROVINCIA.