-GEOGRAFÍA ÍNTIMA DE LOS JARDÍNES HUMANOS-

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CON EL ARRIBO DEL OTOÑO Y LO HELADO QUE SE HA PUESTO EL JARDÍN, DURANTE ESTOS DÍAS HA SIDO IMPOSIBLE PASAR LA TARDE ALLI. ACOSTUMBRADOS A ESTAR DÍAS Y NOCHES ENTERAS EN EL, AHORA ESTAMOS LIMITADOS A PASAR TAN SOLO UN PAR DE HORAS HABITÁNDOLO, AJUSTADOS A LA LLEGADA DE LOS RAYOS MÁS CÁLIDOS DE SOL QUE ILUMINAN ALGUNOS DE SUS RINCONES, ENTRE 11 Y 3 DE LA TARDE.

SALIMOS EN GRUPO A MIRAR EL PASO DE LAS NUBES QUE CRUZAN SOBRE EL FRÍO AZUL DEL CIELO Y EL ENREJADO DE PALOS VACÍOS DEL PARRÓN, AQUEL MISMO QUE HACE UNOS MESES, TODO LLENO DE UVAS, RESISTIÓ EL REMEZÓN DEL TERREMOTO DE FEBRERO.

Y A CADA UNO, LO QUE LE TOCA. YO HECHO DE MENOS LAS TARDES AQUELLAS DEL VERANO SENTADO BAJO LA PARRA EN FLOR, LEYENDO EN LAS HAMACAS, ESCUCHANDO EL LATIDO DE LA PARRA, ATENTO AL PULSO PALPITANTE DE LOS JUGOS QUE VIAJAN POR LAS UVAS QUE CRECEN… EL DAMASCO, LA LAVANDA, EL ROMERO, LAS ACELGAS, MATAS SALVAJES CRECIENDO EN HUERTOS URBANOS, AGOLPÁNDOSE EN LOS JARDINES, MULTIPLICANDO ÉSE PERÍMETRO QUE LA SIMBOLOGÍA SEÑALA COMO SIGNO DE CONCIENCIA Y ORDEN. PARTICIPO DE LA MUTACIÓN DE ÉSTE ESPACIO, DE SU ACCIÓN RENOVADORA, ENTENDIENDO AL JARDÍN COMO EL CULTIVO DE UN ORGANISMO QUE CAMBIA, AUNQUE SIEMPRE ES EL MISMO.

SOY UN CREADOR SENSIBLE AL MICROPAISAJE, A ÉSA GEOGRAFÍA ÍNTIMA Y CIERTA, FRECUENTE EN NUESTRA VIDA, DONDE LAS MOTIVACIONES INTERNAS SE ENFRENTAN A LOS DETALLES DOMÉSTICOS. RETRATO LA LUZ SIGUIENDO CON EL LÁPIZ EL ESTIRÓN DE LAS RAÍCES O EL ORIGEN DE UNA NUEVA HOJA TIERNA QUE LLAMA LA ATENCIÓN DE LAS ORUGAS. UNA SILUETA CAYENDO AL PRECIPICIO, FLORES TARDÍAS QUE SE MARCHITAN CON LAS PRIMERAS LLUVIAS. SOLO ESTAR Y ESCUCHAR… ENCONTRAR EN EL SILENCIO DE LAS RAMAS, LA FRECUENCIA PARA SINTONIZAR CON EL UNIVERSO DE TALLOS, FRUTOS, HOJAS, INSECTOS, LAS AVES…

EL CIELO Y LA TIERRA DIÓ VARIAS VUELTAS SOBRE MI CABEZA JUNTO AL CORRER VERDE DEL FLUÍDO QUE CIRCULA POR LOS RACIMOS. LA CORDILLERA DE LOS ANDES ES TESTIGO.

ARRANCHADOS DENTRO DE CASA O EN EL TALLER, LOS INTERIORES DOMINAN AHORA LA JORNADA EN LA REINA. UNA ESTUFA A PARAFINA LARGA COMO AQUELLA QUE USABA EN EL TALLER DE PÉREZ ROSALES, CALIENTA LAS FRÍAS TARDES DEL OTOÑO, ENTRE EL CREAR, CRIAR Y LA CARMELA QUE LLEGA CON UNOS CHOROS Y UNAS ALMEJAS PARA HACER UN CALDILLO AL ALMUERZO. ES SEGURO QUE EL CLIMA GÉLIDO DEL DÍA ACOMPAÑA PARA UN BREBAJE ASÍ, SIN APURO, CON NOSTALGIA Y ALGO DE MERQUÉN, QUE ESTIMULE EL AIRE DE LOS PULMONES CON EL VAHO CALIENTE DEL MAR.

MIENTRAS LAS NOTICIAS DE LAS 11 Y MEDIA MARCAN LOS 2,3 GRADOS DE TEMPERATURA EN LOS FALDEOS PRECORDILLERANOS DE LA REINA,
SALIMOS UN RATO CON EL CAMILO A TOMARNOS UNAS FOTOS JUNTO AL CACTUS DEL JARDÍN Y EN MITAD DE LA CAÍDA OBLICUA DEL SOL AMARILLO RAZANTE –Y NO SE PORQUÉ EN ÉSTE MISMO INSTANTE ME ACUERDO DE CORTO MALTÉS-, DOY CON LA FOTO Y CAPTURO AL MOMENTO SU ROSTRO REDONDO DE SEIS MESES SONRIENDO JUNTO A LA SOPITA DE MARISCOS QUE PREPARO LA CARMELA.

EL SOL ARQUEA SU ESFERA LUMINOSA RASPANDO EL MOMENTO EXACTO DE LA ACCIÓN DE ESCRIBIR LO QUE SUCEDE, COMO SUCEDE. ENTONCES ENTRAMOS A LA CASA Y AFUERA, LA PENUMBRA QUE OFRECE EL FIN DE LA TARDE, CAE DE SÚBITO SOBRE LOS ÁRBOLES DESNUDOS DE HOJAS QUE SE RECORTAN NEGROS A ÉSA HORA, FORMANDO CONTRASTE FRENTE AL AZUL DEL CIELO. AL FONDO LA TIERRA HÚMEDA, EL VERDE UMBRO RESULTAN SER MI EJERCICIO VISUAL Y LITERARIO, UN CAMPO DE EXPERIMENTACIÓN VITAL, DONDE EL GESTO MISMO DE LA PROSA ES ACTO DE SENTIDO PLENO. FRAGMENTOS DE UN COTIDIANO TAN REAL, QUE RESULTA IMPOSIBLE IGNORARLO.



CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO, ARTISTA VISUAL Y POETA.