-CYAN-

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
TOMO EL PINCEL MÁS ANTIGUO QUE TENGO. ME TRAE DE GOLPE EL OLOR DE TODOS LOS AZULES, DEL COLOR MEZCLADO EN UN OCÉANO DE BARCAZAS NAVEGANDO POR LOS CANALES DEL ARCHIPIÉLAGO CHILOTE O DE AQUELLA VEZ ACAMPANDO EN EL REFUGIO DE RIO SERRANO, PINTANDO ÉSE CUADRO DE LAS TORRES DEL PAINE QUE LUEGO CORTARÍA EN CUATRO Y ENTERRARÍA POR PARTES ENTRE EL LAGO GREY, LA CASCADA PAINE, LA CUEVA DEL MILODÓN Y EL MONUMENTO AL OVEJERO. PINTURA EN EL TALLER O EN CUALQUIER OTRO LUGAR. LA HUELLA DE LOS PINCELES SE REPITE EN CADA CUADRO QUE HAGO Y FORMA UNA RUTA, UN SURCO, UNA MANERA DE CREAR. GUARDO EN MI TALLER PINCELES GASTADOS POR EL TIEMPO, SALVADOS DE BATALLAS, SATURADOS MULTICOLORES VUELTOS UNA Y OTRA VEZ A USAR. PINCELES CON HISTORIA. UNA COLECCIÓN DE MANGOS QUEBRADOS, DE PELOS GASTADOS. PINCELES DE TODOS LOS TAMAÑOS. SON MIS HERMANOS, MIS HERRAMIENTAS. SON MIS HIJOS. PINCELES RECTOS, BISELADOS, RAPADOS, CHASCONES, PUNTUDOS, PARTIDOS, PINCELES MANCHADOS LLENANDO EL AIRE DE BARNICES. UN PINCEL PUEDE SER UN ARMA. UN PUÑAL AZULADO, UNA EXTENSIÓN DE LA MANO. ESTACAS DE MADERA INTERVINIENDO CADA CUADRO. UN VESTIGIO ARQUEOLÓGICO EN MÁS DE UN CASO. HE VISTO CEMENTERIOS DE PINCELES MUERTOS COMO ESCOMBROS DE GALAXIAS APAGADAS. PINCELES NUEVOS. ALGUNOS DE ELLOS LOS HE HECHO CON MI PROPIO PELO. LOS PINCELES SON PARTE DE MI CONTEXTO DE TRABAJO O DESCANSO EN EL TALLER, DE MI COTIDIANO COMO PINTOR. ESTAN AQUÍ JUNTO A LOS TUBOS DE COLORES Y LAS BROCHAS. LO QUE MÁS ME GUSTA A MI ES EL TRAZO DE LAS BROCHAS, PARA PODER PINTAR CON TODO EL CUERPO Y DIBUJAR CON LIBERTAD EL MAPA DE MI PROPIA EXISTENCIA. PINTAR A BROCHAZO LIMPIO UN VIAJE DONDE EL GESTO SEA SUFICIENTE. UNA MANCHA. LA MULTIPLICACIÓN DE LA FORMA. EN ÉSTE OFICIO SILENCIOSO DE SEÑALES DEJADAS EN LA ESTRATEGIA DE LA RUTA, CADA CREACIÓN TIENE SU AFÁN PUES PARA MI NO HAY NADA QUE HABLE MEJOR DE UNA PINTURA QUE SABER DESDE DONDE SE PINTA. ÉSE ES EL PUNTO DE PARTIDA. ES TODO EL TEMA. PORQUE UNA PINTURA SÓLO SE PUEDE JUZGAR POR SU ORIGEN. Y HAY QUE BUCEAR PARA ENCONTRAR. COMO AQUEL MURAL REALIZADO PARA EL REFUGIO TINQUILCO EN EL PARQUE NACIONAL HUERQUEHUE DONDE PINTÉ VEINTICINCO METROS CUADRADOS DE AVES Y CORDILLERA EN UNA OBRA QUE ME TOMÓ OCHO MESES VIVIENDO EN EL BOSQUE, CON ALGUNOS RECREOS ESPORÁDICOS DE CIVILIZACIÓN PARA NO VOLVERSE LOCO ENTRE LA NIEVE Y LAS ROCAS. PINTURA BAJO CERO Y CON ANDAMIOS. DEPORTE EXTREMO DESDE EL CENTRO DEL PAISAJE. ERAN OTRAS ÉPOCAS Y BAJO EL BRAZO, LOS MISMOS PINCELES QUE USO HASTA AHORA.

ESCRIBO ESTAS LINEAS SENTADO EN LA MESA DEL TALLER DE BILBAO Y BASTA HECHAR UNA MIRADA POR LOS PINCELES PARA SABER DE LO QUE HABLO. EL OLFATO REPASA AQUÍ SU MEMORIA Y A DIARIO, ACCIONA UN OLOR A CYAN FRESCO QUE SE INICIA EN LA SOLEDAD DEL TALLER O EN EL TERRENO DE TODOS LOS DÍAS, APRENDIENDO A TOLERAR LOS ÁNIMOS DE LA TREMENTINA Y A COMPARTIR LA EXPERIENCIA ÍNTIMA DE LA CREACIÓN CON LA FAMILIA, LOS AMIGOS Y MIS ALUMNOS DE PINTURA EN CONCON. ES LA MEMORIA DE LOS SENTIDOS. MI PUERTO DE ESCAPE.


CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO, ARTISTA VISUAL Y POETA.