-¿CUÁNDO FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE FUÍ AL CINE? (PARTE X)-

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PARECE QUE SIEMPRE HAY QUE ESPERAR HASTA EL SEGUNDO SEMESTRE DEL AÑO PARA VER BUENAS PELÍCULAS EN CHILE. ATRASOS EN LA PRODUCCIÓN DE LOS FILMES, EN LAS EDICIONES O CORTES FINALES Y EN LA DISTRIBUCIÓN DE LAS COPIAS PARECEN SER ALGUNAS DE LAS RAZONES -MUCHAS DE ELLAS ESPERAN EL MOMENTO PRECISO PARA ESTRENAR CON ÉXITO- JUNTO A QUE CON EL FIN DEL INVIERNO SE INICIA LA ÉPOCA DE LOS FESTIVALES MÁS IMPORTANTES DEL AÑO, DONDE PODEMOS VER FILMES QUE NUNCA LLEGARÁN A LAS SALAS LOCALES POR EL ESTRECHO CRITERIO DE DISTRIBUCIÓN LOCAL POR EL QUE DEBEN PASAR Y QUE PRIORIZA LA TAQUILLA (POR SOBRE EL SENTIDO) Y QUE NO TENDRÍAMOS OTRA OPORTUNIDAD DE VER DE NO EXISTIR ESTAS INSTANCIAS.

BIEN APROVECHADA, LA OCASIÓN DE TENER EL SANFIC 4 A LA VUELTA DE LA ESQUINA Y CON UNA SEMANA COMPLETA DE CARTELERA, NOS PERMITE GOZAR DE FILMES COMO “LA MUJER SIN CABEZA” DE LUCRECIA MARTEL (ARGENTINA 2007), Y LOS DOCUMENTALES “THE KILLING OF JOHN LENNON” DE ANDREW PIDDINGTON (INGLATERRA 2006) O “EL JUEZ Y EL GENERAL” DE ELIZABETH FARNSWORTH Y PATRICIO LANFRANCO (ESTADOS UNIDOS /CHILE 2008), DONDE DA GUSTO VER COMO REALIZADORES CERCANOS HACEN APORTES TAN CONTUNDENTES A LA MEMORIA AUDIOVISUAL DE NUESTRO PAÍS.

HOY ES UNA PELÍCULA NACIONAL LA QUE ME IMPULSA A ESCRIBIR ESTE ARTÍCULO, ME REFIERO A “TONY MANERO” (2008) LA ÚLTIMA REALIZACIÓN DEL CHILENO PABLO LARRAÍN DONDE INDAGA EN LA ILUSIÓN DE UN DOBLE LOCAL DE JOHN TRAVOLTA POR LA FAMOSA PELÍCULA “FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE”. LEJOS DE LA CARICATURA Y GRACIAS A LA POTENTE INTERPRETACIÓN DE ALFREDO CASTRO, EL FILME INTENTA SUMERGIRSE EN LA VIOLENCIA DEL CHILE DE LA DICTADURA MILITAR, ATRAVÉS DEL ÍMPETU DE UN PERSONAJE EN SU AFÁN POR CONSEGUIR UN ESPACIO PARA MOSTRAR SU FIJACIÓN COMPULSIVA POR EL BAILE DISCO, EN EL FAMOSO ESTELAR DE LA ÉPOCA “EL FESTIVAL DE LA UNA”. LA INTERPRETACIÓN DE CASTRO ENSEÑA TODA LA VIOLENCIA Y FRUSTRACIÓN ESCONDIDA EN SI MISMO PRODUCTO DE LA REPRESIÓN DEL ENTORNO SOCIAL Y POLÍTICO, UNA ACTUACIÓN DELIRANTE Y MARGINAL CON UNA ESTÉTICA LOGRADA Y MUY PARECIDA A LA CONTUNDENCIA ALCANZADA POR AL PACINO EN MUCHOS DE SUS FILMES EMBLEMÁTICOS, RECURSO ACTORAL QUE ADEMÁS, DERIVA EN UN ASOMBROSO PARECIDO FÍSICO, ESTUDIADO Y APROVECHADO EN CADA TOMA POR EL DIRECTOR. CASTRO INTERPRETA AQUÍ A UN PERSONAJE HOSCO Y OBSESIVO, UN PERDEDOR BUSCANDO DIGNIFICAR SU OFICIO QUE USA CAMISAS DE LARGOS CUELLOS SETENTEROS Y QUE NO TITUBEA EN ELIMINAR CUALQUIER ESTORBO QUE SE CRUCE EN SU CAMINO Y QUE LE IMPIDA CONSEGUIR SU FIN. PABLO LARRAÍN LOGRA EN ÉSTA CINTA LO QUE NO PUDO OBTENER EN SU PRIMER FILME (FUGA), AL TRABAJAR CON UN ACTOR CREÍBLE QUE INTERPRETA AL PERSONAJE CENTRAL CON TODA LA CARGA DRAMÁTICA NECESARIA Y QUE PUEDE LLEVAR EL PESO DE LA HISTORIA, PERO POR OTRO LADO, LA ATMÓSFERA CIRCUNDANTE QUE LO ACOMPAÑA NO LOGRA LA CONSISTENCIA, NI LA CREDIBILIDAD PARA RECREAR UN AMBIENTE TAN ASFIXIANTE COMO LO ES UNA DICTADURA MILITAR. SE ENTIENDE QUE ÉSTO NO ES LO CENTRAL DEL FILME, QUE LA IDEA DEL DIRECTOR NO ES CONSTRUIR UNA HISTORIA POLÍTICA (RECORDEMOS QUE LARRAÍN ES HIJO DE UN COLABORADOR ACTIVO DE ÉSA DICTADURA) PERO CADA ESCENA DE CONTEXTO PARECE DÉBIL EN RELACIÓN AL PESO DE LA ACTUACIÓN DE CASTRO, CUYO DOMINIO ESCÉNICO PODRÍA SER INTERPRETADO COMO OTRA DICTADURA. AQUÍ FUE NECESARIO TRABAJAR MÁS CON UN EQUILIBRIO DE FUERZAS –O UN DESEQUILIBRIO FRONTAL SI SE QUIERE- PERO SIN DESCOMPENSAR AL FILME QUE COJEA ATRAVÉS DE UN ESTORNO SIN “CUERPO” Y ALGO FORZADO, BUSCANDO MÁS QUE UN FONDO FLOJO EN RELACIÓN A LA POTENCIA ACTORAL. FRENTE A ÉSTO LA PELÍCULA SE VE DISMINUÍDA Y EL ESCENARIO RESULTANTE NO ES MÁS QUE UN DECORADO INSÍPIDO DESPROVISTO DE CONTENIDO Y FUERZA, UNA MAQUETA, UN ESBOZO IMPERFECTO QUE CASI LA TOTALIDAD DE LAS VECES CAE -AHORA SI- DERECHAMENTE EN LA CARICATURA. FALTA “REALISMO” EN ESTAS ESCENAS POBRES, INCLUSO INGENUAS QUE SE DESINFLAN COMO AQUELLA DONDE UN GRUPO DE REPRESIÓN DE LA DINA. DESCUBRE UNOS PANFLETOS QUE RASTREAN HASTA LLEGAR AL ENTORNO DIRECTO DEL PROTAGONISTA EN EL BAR DONDE VIVE Y TRABAJA. ÉSTA SECUENCIA (SOLO INTERESANTE EN SU DIVERSIDAD DE PLANOS) HUELE AL DESGANO DE ALGO QUE NO SE QUIERE REPRESENTAR CON CLARIDAD, COMO LAS RONDAS MILITARES -QUE POSTAL MÁS USADA AQUELLA- DONDE NOS PARECE ESTAR INCLUSO ASISTIENDO A LA EXHIBICIÓN DE OTRA PELÍCULA. ALGO MEJOR RESULTA LA IDEA DEL DIRECTOR DE DESARROLLAR CASI TODAS LAS ESCENAS DEL FILME EN INTERIORES (METÁFORA DE LA ASFIXIA PERDIDA) EN CONTRASTE CON LAS POCAS ESCENAS DONDE MANERO SE DESPLAZA DE UN LUGAR A OTRO DE LA CIUDAD CUIDANDO SIEMPRE DE NO SER DESCUBIERTO, SIEMPRE ATENTO, SIGILOSO, CALCULANDO CADA UNO DE SUS PASOS. ÉSTE DESEQUILIBRIO DE INTENSIDADES ENTRE EL PERSONAJE (EN CONTRASTE) CON EL ENTORNO SOCIAL DE LA ÉPOCA CORRE EL RIESGO DE DEBILITAR Y SACARLE EL PISO AL PERSONAJE, PERO POR EL CONTRARIO, AYUDA A CASTRO DEBILITANDO AL RESTO FILME QUE PARECE SER SOLO UN TELÓN DE FONDO AL SERVICIO DE UNA OBSESIÓN PERSONAL. EL TONY MANERO CHILENO ABSORBE ASÍ EL TERROR Y LA TENSIÓN DE UN PERÍODO HISTÓRICO, VACIANDO DE CONTEXTO A LA REALIDAD QUE SE PRESENTA SIN ESA ASFIXIA Y TERROR QUE SABEMOS, LA CARACTERIZA.

AÚN CON ÉSTO, LA PELÍCULA TRAE CONSIGO DIÁLOGOS, PLANOS, SECUENCIAS ENTERAS QUE RESULTAN INTERESANTES EN TANTO NUEVAS INTERPRETACIONES. EL TONY MANERO CHILENO ESTÁ EN LAS ANTÍPODAS DEL TONY MANERO NORTEAMERICANO. ES VIEJO, SIN TALENTO, FAMA, NI DINERO, UN LOOSER, PERO MÁS QUE ÉSO UNA ESPECIE DE ANTIHÉROE QUE BRILLA DENTRO DE LA PELÍCULA GENERANDO UN MAGNETISMO FEROZ; UN PERDEDOR OSCURO Y CRUEL EN TODO EL SENTIDO QUE INTENTA SALIR DE SU VIDA MISERABLE Y ANÓNIMA. UN AMBIENTE DE LA MÁS PURA DECADENCIA CAMPEA EN EL FILME, CON CLARAS REFERENCIAS A LA ESTÉTICA QUE LO INSPIRA. QUE EL PROTAGONISTA SE FABRIQUE UN TRAJE BLANCO IGUAL AL DE MANERO HASTA EN LOS MAS ÍNFIMOS DETALLES (EL BROCHE DEL PANTALÓN DE TRAVOLTA TIENE DOS BOTONES Y NO UNO) O SE PEGUE UNAS SESIONES DE “FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE” EN EL CINE ARTE NORMANDIE, NO BASTAN PARA APROVECHAR UN RECURSO QUE ESTA AHÍ, PERO BUENO, QUE DIABLOS. ALGO MEJOR LO HACE AL PEGAR CON NEOPRÉN PEDAZOS DE VIDRIO SOBRE UN BALÓN DE FUTBOL QUE SIMULARÁ UNA BOLA DE DISCOTECA EN UN IMPROVISADO ESCENARIO, O AL ROBAR DEL ROTATIVO DE CINE DONDE SE EXHIBE, LOS ROLLOS ORIGINALES DEL FILME QUE LO OBSESIONA TANTO (CASTRO LITERALMENTE AQUÍ “SE ROBA LA PELÍCULA”) O CUANDO MEMORIZA LOS DIÁLOGOS DE TRAVOLTA EN INGLÉS EN UN ESFUERZO POR CONSTRUIR MEJOR SU PERSONAJE, DEJANDO ENTREVER UNA PRECARIEDAD CULTURAL Y UNA TORPEZA CON EL IDIOMA QUE INCITA A LA MOFA DE SU ENTORNO, PERO QUE PARA EL ESPECTADOR INCISIVO ENSEÑA LA NOTABLE PROYECCIÓN DE SU PARANOIA. UNA DE LAS MEJORES ESCENAS DE LA PELÍCULA ES SIN DUDA AQUELLA DONDE AMPARO NOGUERA (PAREJA DE CASTRO EN EL FILME) SE SUBE AL ESCENARIO DEL BAR A CANTAR UNA MELODÍA DE FINES DE LOS SETENTA, UN TEMÓN DE “FRECUENCIA MOD” QUE TODOS JUNTOS TARAREAN, MIENTRAS AFUERA EN LA CALLE CORRE EL TOQUE DE QUEDA Y EL GRUPO ESTÁ ENCERRADO EMBORRACHÁNDOSE (EL ALCOHOL RESULTA SER UN ANESTÉSICO PARA OLVIDAR LO QUE SUCEDE) MIENTRAS LA NOCHE AVANZA; SECUENCIA QUE ALCANZA UN GRAN VUELO EN TANTO TIENE UN PESO ACTORAL -NUEVAMENTE LO MEJOR DEL FILME- TRAYÉNDONOS POR FIN AL PRESENTE LA ASFIXIA DE UNA SITUACIÓN HISTÓRICA QUE AÚN NOS CONMUEVE. INMERSO EN ESTA ÉPOCA OSCURA Y LLENA DE TRAICIONES, VEMOS COMO EL PERSONAJE CENTRAL UNA Y OTRA VEZ SE LEVANTA INALTERABLE A PESAR DEL PATÉTICO ENTORNO DE SU ORIGEN Y EN ESTA ESTÉTICA DECADENTE QUE LO INUNDA, EL TONY MANERO CHILENO –UN SOLITARIO YA EN LA CINCUENTENA- NO HACE MÁS QUE BAILAR MAL, ARRUINAR CADA RELACIÓN QUE EMPIEZA Y EN SU IMPOSIBILIDAD DE SUPERAR SUS FRUSTRACIONES, SE CONVIERTE EN UN ASESINO IMPULSIVO QUE NO DISCRIMINA AL MOMENTO DE SACAR PROVECHO DE CUALQUIER SITUACIÓN QUE LO LLEVE A REPRESENTAR MEJOR SU PERSONAJE, COMO SI SUPIERA QUE ÉSTA PODRÍA SER SU ÚLTIMA OPORTUNIDAD DE ALCANZAR LOS SUEÑOS POSTERGADOS Y SALIR DE UNA SITUACIÓN TAN PRECARIA QUE LO HA TRANSFORMADO EN UN ANIMAL. BUSCANDO UNA VÍA DE ESCAPE, UNA SOLUCIÓN PARA SUS PROBLEMAS, SE RELACIONA CON PERSONAJES DE UN MUNDO DESENCANTADO RETRATANDO UNA PROFUNDA DECADENCIA MORAL Y ALZÁNDOSE COMO UN ÍCONO DE LA MARGINALIDAD, DIGNO EN SU MALDAD. TAL VEZ EL PERSONAJE ES QUIÉN (CATALIZADOR MEDIANTE) ABSORBE LA VIOLENCIA DEL ENTORNO, EMPAPÁNDOSE DE LA VULGARIDAD CIRCUNDANTE QUE VA ESCUPIENDO CUADRO A CUADRO, DESPOJÁNDOSE DE PASO, DE TODA RESPONSABILIDAD O REMORDIMIENTO. AQUÍ ES DONDE LA ACTITUD ACTORAL LO HACE APROXIMARSE AL ACTOR DE “CARACORTADA” (TONY MONTANA), RESALTANDO ÉSTA RUDEZA ASPIRACIONAL, QUE EN CHILE Y EL MUNDO HA TRASCENDIDO ÉPOCAS Y CONTRUIDO FORTUNAS. UN LIMPIADOR –SI SE QUIERE- EN TODO EL SENTIDO DE LA PALABRA, PERO QUIÉN PODRÍA OTORGARSE EL PODER DE LIMPIAR TODO EL HORROR DE UNA ÉPOCA. FALTARÍAN PELÍCULAS PARA ELLO.

“TONY MANERO”, LA PELÍCULA, NO ES MÁS QUE UN GRAN PERSONAJE, PUDIENDO SER MUCHO MÁS QUE ÉSO. AÚN ASÍ UNO EMPATIZA CON LA VERSIÓN QUE CASTRO COSTRUYE DE ÉL, FRONTAL, DIRECTA, DECIDIDA A ALCANZAR SU DESTINO OPTANDO POR UNA EXPOSICIÓN EXTREMA, UN SUICIDA EN POTENCIA BUSCANDO UNA SALIDA PORQUE SABE QUE A SU EDAD YA NO HAY NADA MÁS QUE PERDER. EXTRAÑA SEMEJANZA ÉSTA DE CONSTRUIR UNA PERFORMANCE ARTÍSTICA PARA PRESENTAR EN UN FESTIVAL DE ÉPOCA, RECORDÁNDONOS EL CASO DEL POETA RODRIGO LIRA O EL DE MILES DE SERES DESESPERADOS QUE TOMAN SERIAMENTE SU PAPEL EN ÉSTA SOCIEDAD Y QUE TRAS UN MINUTO DE ATENCIÓN EN LA PANTALLA LOCAL, SON EN SU MAYORÍA -COMO NUESTRO PROTAGONISTA- SISTEMÁTICAMENTE RECHAZADOS.
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CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO, ARTISTA VISUAL Y POETA.